¡Al son que me toquen!

Cuando hago de guía para dar un paseo por el corazón de Madrid, la ruta incluye una visita al Centro de Arte Flamenco y  Danza Española Amor de Dios, ubicado en la calle del mismo nombre. Al cruzar la puerta, todo es música y movimiento, el rítmico taconeo en el suelo de madera llama a curiosear entre un salón y otro y así descubrir cómo nace el arte a través del cuerpo. Una grata sorpresa es descubrir que además de impartir clases de diversos bailes típicos de España, la academia ofrece una amplia variedad de cursos multiculturales, pues acoge y mantiene la puerta abierta a otras expresiones dancísticas.

Uno de los talleres que llama especialmente la atención es el de danza folklórica mexicana, quizás porque su música festiva no es ajena a casi nadie, y por lo vistoso del faldeo y enérgico taconeo de bailarinas que siguen el compás de las canciones tradicionales de la Tierra Azteca.

Claudia Zavala y Marcela Elidé Sosa son las entusiastas maestras, fundadoras del ballet Colores de México, que cada sábado dedican tres horas a compartir los secretos de la música y folklor mexicano. Para aprender solo hay que desearlo, no importa la nacionalidad, edad, género, ni si considera tener dos pies izquierdos, pues el taller ofrece un nivel para principiantes y otro para intermedios. Sin duda alguna, a fuerza de practicar y soltar el cuerpo al son que le toquen, casi sin darse cuenta en breve estará bailando «La cucaracha», «La bikina», «La bamba» y  el «Jarabe tapatío». Ganancia extra, empaparse de cultura general sobre México y hacer amistades madriders con las que tarde o temprano brindará con un tequila en mano.

Más sobre danza folklórica mexicana

Es una tradición heredada generacionalmente, cuya evolución abarca época prehispánica, colonización y la influencia de diversos grupos extranjeros arraigados en México. El resultado, una riqueza de ritmos y estilos que hoy conocemos como sones, jarabes, polkas y huapangos, que para su ejecución coreográfica cuentan con una gran variedad de pasos y vistosos vestuarios según la región del país que representan.

Guadalupe Domínguez / guadalupe@madrider.es

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